domingo, 9 de mayo de 2010

GRECIA

Grecia es uno de los 16 países de la UE que tienen el euro como divisa común.
Entre abril y mayo se vence un pago de deuda de 20 mil millones de euros y, si no obtiene financiamiento, Grecia caerá en una cesación de pagos, como la de Argentina en 2001 pero en una nación en la que circula el euro, la divisa que hasta hace poco algunos ponían a la par del dólar.
¿Cómo se llegó a esta situación?
En el drama griego, BBC Mundo encontró más pecadores que justos.
Los pecadores
1) Gobierno griego
El Tratado de Maastricht, que consagró en 1992 la plena unión económica europea, establece que el máximo de deuda pública de un país miembro es de un 60% de su Producto Interno Bruto (PIB) y su déficit fiscal no debe superar un 3%.
Hoy la deuda griega, de más de 400 mil millones de euros, representa un 115% de su PIB y su déficit fiscal, el 12,7%.
Durante años, el déficit oficial de Grecia rondó -con una buena dosis de creatividad contable- el 3% permitido por el Tratado de Maastricht. Este año, de la noche a la mañana, saltó a más del 12%.
"Es cierto que una parte de este salto se debió a la caída de la recaudación fiscal por el impacto de la crisis económica. Pero a diferencia de otros países de la eurozona, la revisión que hizo Grecia de su déficit fue de golpe. A los problemas estructurales de la economía griega se añade una fuerte crisis de credibilidad", explica a BBC Mundo Megan Greene, editora de temas griegos de la Unidad de Análisis de la revista británica The Economist.
Este déficit proviene de un gasto excesivo y de una suerte de vicio nacional, lo que nos lleva al siguiente pecador.
2) Evasión impositiva
Grecia forma parte del club de evasores impositivos seriales. El que puede, no paga; el que paga -como en el tango- es un "gil". Y todos acusan al resto.
Un informe de Bloomberg compara la recaudación impositiva de Grecia respecto a la media europea en 2007: 4,7% del PIB frente al 8% promedio del resto de Europa.
"Muchos gobiernos griegos han prometido que harían algo al respecto. Ninguno ha cumplido", dice Greene.
Esta situación era un secreto a voces. Aquí entra en escena un tercer pecador.

3) Unión Europea
¿Nadie entre los 27 países de la UE y los 16 de la eurozona tenía idea sobre la dimensión del déficit fiscal griego? El Banco Central Europeo -supuesto ejemplo de rectitud fiscal y ortodoxia financiera-, con sus equipos de economistas, ¿estuvo de vacaciones todos estos años?
La UE se encuentra condicionada por su dependencia de inversores foráneos y fondos especulativos que revolotean por el mundo en busca de alta rentabilidad bajo la opacidad de las finanzas globales
Juan Hernández Vigueras
El problema no es nuevo.
Según comenta a BBC Mundo Ansgar Belke, del Instituto Alemán de Investigación Económica, las primeras señales de alarma sonaron antes del lanzamiento del euro en 1999.
"Muchos economistas se opusieron a una creación prematura del euro porque no teníamos un nivel de integración política y económica que pudiera sostener la moneda. Esto no ha cambiado".
Críticos de la actual estructura de la UE señalan que, si se procedió a avanzar con el euro, se debe al cuarto pecador de la crisis griega.
4) Desregulación financiera
En una carta al actual presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, en mayo de 2008, es decir antes de la explosión de la crisis financiera mundial, uno de los artífices de la actual UE, Jacques Delors, ex mandatarios como Helmut Schmidt y Lionel Jospin, ex ministros de Economía y líderes socialdemócratas reclamaban medidas urgentes bajo una consigna: los mercados financieros no nos pueden gobernar.
En medio de la actual crisis griega, el primer ministro George Papandreou obtuvo el apoyo retórico de Angela Merkel (Alemania) y Nicolas Sarkozy (Francia) para neutralizar a los mercados financieros.
Pero, por el momento, en la práctica estos mercados siguen tan desregulados como siempre.
"La UE se encuentra condicionada por su dependencia de inversores foráneos y fondos especulativos que revolotean por el mundo en busca de alta rentabilidad bajo la opacidad de las finanzas globales", dijo a BBC Mundo Juan Hernández Vigueras, miembro de la Tax Justice Network y autor de "La Europa opaca de las finanzas" y "Los paraísos fiscales".
En este escenario que comercia seguros sobre deuda soberana y apuesta a altísimas tasas de interés, los intereses creados de gobiernos e instituciones financieras suelen entremezclarse, como muestra -a continuación- el caso de Goldman Sachs.

5) El amigo estadounidense

¿Le debe algo a alguien?
A comienzos de 2002, Grecia y Goldman Sachs llegaron a un acuerdo beneficioso para ambas partes.
La deuda soberana griega en dólares y yenes era canjeada por deuda en euros, que luego de un determinado período volvía a ser canjeada por la divisa original.
Con un masaje intenso del valor de la moneda, el monto de la deuda griega cambiaba hasta convertirse en un espejo ideal que permitía un mayor endeudamiento del gobierno a tasas de interés relativamente bajas.
Esta imagen fiscal empezó a temblar con la crisis financiera y la cercanía del vencimiento de los bonos emitidos por el Estado, que debía honrar sus deudas en su moneda de origen: a los acreedores no se los puede arreglar con masajes o maquillajes.
Los justos
Estas crisis suelen impactar más a justos que a pecadores.
Las medidas de austeridad que el Parlamento aprobó en marzo incluyen un aumento del 19% al 21% del impuesto al valor agregado, un incremento de los tributos al combustible, tabaco y alcohol, y fuertes recortes de salarios en el sector público.
"Los pobres y los jóvenes son los que más sufrirán el impacto. No sorprende que sean los que más están protestando", dice a BBC Mundo Megan Greene.
Muchos analistas consideran que este ajuste es inevitable y hasta saludable como una medida de "sincerar" la economía.
El problema es que, a menos que la economía crezca, la crisis fiscal no se solucionará.
Según las proyecciones de la Unidad de Análisis de The Economist, Grecia no volverá a crecer hasta 2012. La contracción del consumo que sigue a todo plan de ajuste no va a ayudar a solucionar la crisis y, si la Argentina de 2001 es un ejemplo, el ajuste que todos reclaman puede ser la ruta perfecta para la temida cesación de pagos.
"Con 400 euros por mes, uno no alcanza a final de mes", comentó un pensionado a The Economist.
Tampoco alcanza para que los griegos consuman y reactiven una economía exangüe.

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