Quizá este comentario debió haberse hecho días atrás, pues fue justo en calse cuando me surgió la idea de escribirlo. Así que antes de continuar reflexinando sobre las inquietudes que me surgen en clase, me detendré solo un momento para expresar lo siguiente.
Decidí tomar un espacio de este blog para esribir sobre la forma en que opinamos en clases; siento que criticamos mucho y proponemos poco; no porque este mal, pues de las críticas surgen las grandes transformaciones, pero debemos realizar un trabajo intelectual completo que inicie con el reconocimiento de los errores y culmite con una solución.
Aveces siento que todos creemos tener la razón y mas que opinar tratamos de persuadir, ¿cuál es la diferencia? mucha, cuando opinamos sabemos escuchar y tenemos la posibilidad de replantear nuestras ideas; en cambio cuando persuadimos, iniciamos una lucha desmesurada en contra de las ideas de los demás, lo que impide contruir nuevos pensamientos.
Si nuestro propósito es aprender, como ya lo decía nuestro profesor Berumen, un buen ejercicio sería despojarnos de todo perjuicio, de los mitos que nosotros mismos contruimos, pues son un obtáculo para la contrucción del verdadero conocimiento. Debemos abrir la mente. Seamos protagonistas.
Muy, pero muy de acuerdo... a veces un semestre no nos es suficiente para comprender contenidos, verlos desde diferentes ángulos, criticarlos y completarlos con la propuesta propia que señalas en tu nota, pero es muy buen ejercicio comenzar a deconstruir desde ya.
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