miércoles, 5 de mayo de 2010

LA REPRESENTACIÓN POPULAR SE ENCUENTRA DESVIRTUADA.

Primero hablemos de lo que debería de ser la representación, ya que siempre es más grato, posteriormente marcaremos una diferencia de éste con el mandato, para luego culminar con mi opinión al respecto.

En política, la representación es el acto mediante el cual un representante (sea este gobernante o legislador) actúa en nombre de un representado (elector en el caso de las democracias) para la satisfacción de sus intereses.

El representado puede controlar y exigir que el gobernante cumpla con sus responsabilidades por medio de mecanismos electorales institucionalizados (castigar a su partido político en las siguientes elecciones).

El concepto de representación política describe cómo el poder político es alienado de un gran grupo y conferido a manos de un subconjunto más pequeño de tal grupo por cierto período. La representación usualmente se refiere a democracias representativas, donde los funcionarios electos (denominados representantes) hablan en nombre de sus electores en la legislatura. En general, solo a los ciudadanos se les concede la representación en el gobierno en forma de derechos de voto; sin embargo, algunas democracias han ampliado aún más este derecho.

Una vez dicho lo anterior, debo decir:

1. Como se puede observar, tanto en la representación como en el mandato el gobernante debe hacer todo EN NOMBRE del gobernado. Por tanto, no tendrían por qué subirnos los impuestos hasta el cuello, ni gastar como gastan el presupuesto…

2. Debería quedar claro que la facultad de decisión pertenece al gobernado.

3. En la actualidad, los representantes ven en el cargo un negocio redondo, ya que en ellos se gana muy bien y pueden enriquecerse mucho.

4. No se ustedes pero yo no me siento representada. Lo cual nos llevaría a la pregunta ¿la representación cumple con su función?

5. Considero que los políticos han infectado la finalidad del verdadero representante, y lo peor es que no tienen ningún control pues ellos son juez y parte.

6. Pero en todo esto existe una ironía, si casi nadie cree en los políticos y muchos nos sentimos muy inconformes, ¿por qué siguen manteniendo el poder de la forma en que lo hacen?

En la actualidad ni la representación ni el mandato cumplen con su cometido, pues el propio hombre se ha encargado de desvirtuar su finalidad, y al final el hombre siempre será el lobo del hombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario