miércoles, 12 de mayo de 2010

LIBERTAD DE EXPRESIÓN, CON RESPONSABILIDAD.

La libertad de expresión es un valor muy importante, debería de ser parte de nuestra formación y de nuestra cultura; sin embargo, no es así. Pues como podemos observar, los padres, la educación y la propia sociedad se encargan de enseñarnos a callar.

Desde que somos niños, los padres limitan nuestra expresión, pues son ellos los que deben aprobar si lo que decimos es prudente o no; consecuentemente preferimos callar antes que ser reprimidos.

Por lo que respecta de la educación en México, no está hecha para formar personas críticas; ya que en la primaria, la censuran de los maestros acompañada con la instrucción de permanecer callados, es un requisito para iniciar la clase, y nuestra opinión no cuenta; cuando ingresamos a la secundaria, la historia se repite, pero aquí es más grave la situación, porque a esa edad empieza a despertar nuestro mente, cuestionamos la vida, quizá por la etapa de rebeldía en la que nos encontramos, pero con todo y ello, no nos permiten hablar. Y así continúa la historia…e inclusive hasta la licenciatura. Es hasta el posgrado donde nos escuchan y nos exigen que expresemos lo que pensamos, el problema es cuando los estudiantes no llegan al posgrado, porque la posibilidad de experimentar aquella libertad es casi nula.

Por otro lado, la sociedad tampoco está acostumbrada a escuchar, también censura a las palabras, e inclusive discrimina a aquellos que expresan su pensar, así que en la lucha de ingresar al círculo social prefieren alinearse y allanarse.

Como podemos observar, son pocas las oportunidades que tenemos para hablar libremente, pero en este caso por tratarse de cuestiones individuales, a cada quien le corresponde romper con aquellos esquemas y expresar lo que piense, con responsabilidad. Porque tampoco se trata de hablar por hablar, porque recordemos que nuestro derecho termina donde empieza el de otros.

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